lunes, 24 de septiembre de 2007

Año de la ciencia 2007


CIENCIA Y MODA


Recientemente la revista estadounidense Forbes pronosticaba un futuro vestido con bufandas que graban y reproducen el roce de una caricia, camisetas con vitamina E que nos protegen del sol, tejidos refrigeradores o con calefacción, sudaderas con pantallas adheridas, camisetas con repelentes de insectos y prendas que llevan la música incorporada.
Para que muchos de estos vaticinios se cumplan no habrá que esperar demasiado. Las novedades de la moda que viene se gestan en los laboratorios de los químicos y los expertos en ciencia de materiales. Buena prueba de ello es Polartec, una familia de tejidos diseñados para una amplia gama de actividades al aire libre que mantienen el cuerpo caliente, seco y confortable en situaciones hostiles. Su secreto: están hechos de poliéster, una fibra hidrófoba que absorbe menos del 1% de su propio peso en agua, incluso si el tejido está empapado. De esta forma el sudor se deposita sobre la superficie de las fibras y se evapora rápidamente, proporcionando las condiciones ideales para la práctica del deporte.
Los laboratorios Dupont también han revolucionado la química de los tejidos utilizando maíz para fabricar telas y alfombras con ayuda de una bacteria, Escherichia coli, modificada por ingeniería genética. En Australia se han aliado asimismo con los microorganismos para crear originales (y olorosas) telas a partir de vino y cerveza fermentados. Mejor aroma tendrán sin duda las prendas que diseña Matex Specialty Chemicals, con fragancias y agentes hidratantes microencapsulados que se desprenden progresivamente al contacto con la piel. Es más, gracias a la nanotecnología, la ropa podrá absorber los olores corporales. Incluso podremos olvidarnos de la limpieza en seco si prospera la iniciativa de un grupo de químicos estadounidenses que ha creado una película con nanopartículas de plata que puede cubrir cualquier tela, incluyendo seda y algodón, para hacerlas resistentes a todo tipo de suciedad.
En el Centro de Biomimética de la Universidad de Bath se han inspirado en la naturaleza para crear prendas inteligentes que dejan entrar el aire para refrescar a quien las lleva cuando hace calor y bloquean el intercambio cuando la temperatura exterior es baja. Un mecanismo similar al de los conos de los pinos, que se abren temporalmente cuando aumenta la temperatura, soltando parte de los piñones y volviendo a cerrarse después.
CURIOSIDADES
¿SABÍAS QUÉ..
  • ... el factor de protección solar (SPF) de los tejidos tiene la misma importancia que en la cosmética?
    Una piel sin protección enrojece al cabo de unos 9 minutos de exposición a los rayos solares. Sin embargo, si las prendas tienen un SPF de 15, la piel empieza a enrojecer al cabo de 135 minutos (9x15). Los materiales teñidos protegen más que los blanqueados porque algunos tintes absorben los rayos ultravioleta. Y los tejidos blancos realizados con algodón o viscosa proporcionan menos protección que los materiales realizados en poliéster o poliamida. Por todo ello, las empresas químicas han desarrollado absorbentes UV especiales que aumentan considerablemente el factor de protección de las prendas, incluso si son de color blanco.
  • … al planchar la ropa “modificamos” su química?
    La aparición y desaparición de las arrugas tiene que ver con los enlaces químicos. Las arrugas se forman cuando modificamos las uniones entre los polímeros del tejido. Podemos resolverlo con ayuda de una plancha caliente. Cuando las moléculas elevan su temperatura es posible “estirarlas”, manteniendo su nueva forma cuando se enfrían. Algunos materiales como algodón, requieren el añadido de agua para aflojar los lazos intermoleculares.

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