¡Por los pelos!
Lo que bebemos y lo que comemos queda registrado en nuestros cabellos. Por eso el geoquímico Thure Cerlin y al ecólogo Jim Ehleringer han desarrollado un método que permite rastrear los movimientos de un criminal identificando dónde ha bebido agua a partir de un simple pelo.
La clave está en los isótopos de hidrógeno y oxígeno, que varían en cada zona según la temperatura de las nubes, la temporada de la precipitación pluvial y la cantidad de agua que se evapora del suelo y de las plantas, además de otras condiciones locales. Según sugieren los científicos hoy en la revista PNAS, la policía podría usar esta técnica para investigar la coartada de un presunto criminal que afirma no haber estado en la región donde ocurrió el delito del que se le acusa. Además, proponen que los antropólogos y los arqueólogos analicen muestras de cabello antiguo para averiguar qué movimientos migratorios siguieron nuestros ancestros.
Y eso no es todo. El estudio de los niveles isotópicos del cabello también podría utilizarse para prevenir la diabetes. Debido a que los diabéticos tienen un alto consumo de agua, la proporción de oxígeno en su cabello procedente tanto del agua como de sus alimentos debería ser diferente a la de los no diabéticos, asegura Cerlin. El cabello también podría registrar los cambios isotópicos que se producen cuando se agrava la enfermedad.
La clave está en los isótopos de hidrógeno y oxígeno, que varían en cada zona según la temperatura de las nubes, la temporada de la precipitación pluvial y la cantidad de agua que se evapora del suelo y de las plantas, además de otras condiciones locales. Según sugieren los científicos hoy en la revista PNAS, la policía podría usar esta técnica para investigar la coartada de un presunto criminal que afirma no haber estado en la región donde ocurrió el delito del que se le acusa. Además, proponen que los antropólogos y los arqueólogos analicen muestras de cabello antiguo para averiguar qué movimientos migratorios siguieron nuestros ancestros.
Y eso no es todo. El estudio de los niveles isotópicos del cabello también podría utilizarse para prevenir la diabetes. Debido a que los diabéticos tienen un alto consumo de agua, la proporción de oxígeno en su cabello procedente tanto del agua como de sus alimentos debería ser diferente a la de los no diabéticos, asegura Cerlin. El cabello también podría registrar los cambios isotópicos que se producen cuando se agrava la enfermedad.